Parte de defunción
„¿Día
y hora de la muerte?“ La voz suena metálica y rutinaria en la morgue heladora
donde yace la difunta
„Viernes,
18 de marzo de 2016, 17:30“
„¿Causa
de la muerte?“
„Fallo
multiorgánico“
„Fallo
multi… ¡A ver!...“ (la impaciencia ha venido a sustituir a la rutina) „Eso es
tanto como decir parada cardiorrespiratoria ¿Me puede concretar un poco más?“
„Sí,
claro, apunte… Todo comenzó en las extremidades. Las piernas le empezaron a
fallar cuando tenía que acudir donde se la necesitaba y era incapaz ya de
producir algo útil con sus manos. Los sentidos se le atrofiaron: sufría unas
acusadas sordera y ceguera, el olfato ya no podía distinguir lo hediondo de lo
bello y la piel se le había endurecido de tal manera que era tan incapaz de
percibir una caricia como de distinguir el frío del calor. Los problemas
circulatorios la tenían últimamente
postrada y no hacía nada por estimular el tránsito sanguineo ni tampoco por
aliviar los edemas provocados por flujos que se quedaban atascados
incomprensiblemente en algunas zonas de su cuerpo. Los riñones no funcionaban y
no filtraban los elementos nocivos de su organismo. Los pulmones se le llenaron
de aires de grandeza que no le permitían ya respirar con normalidad. El cerebro
apenas estaba ya operativo, habiendo pedido toda capacidad de reflexión y
llevándola a tomar decisiones estúpidas repetidas veces. El hipocampo estaba
destrozado, la paciente había perdido por completo la memoria. Y del corazón ni
le hablo: se puede decir que, a todos los efectos, carecía de él“
„Inaudito…“
Musita „Nombre y edad, por favor“
„Según
su documentación, se llamaba Unión Europea y decía tener 59 años. De todas
formas, las autoridades nos informan de que ha cambiado en varias ocasiones de
identidad. Y que se le había augurado un futuro muy prometedor. Pero la firma
del acuerdo con Turquía esta tarde la ha acabado de destrozar por dentro, aunque
llevaba ya tiempo pudriéndose en vida. Se automedicó con austeridad y acabó
haciéndose inmune al sufrimiento que generaba. Hasta el punto de llegar a
presionar noches enteras a gobernantes para obligarles a sacrificar sus ideales
y, lo que es peor, a sus ciudadanos. Empezó a sufrir alucinaciones producto del
miedo sin medida al otro, y aceptó ingerir sin control paranoias xenófobas de
gobiernos ultranacionalistas en lugar de tomar en consideración el diagnóstico
de organizaciones de defensa de los derechos humanos. Negociaba a escondidas un
tratado con EEUU que acabaría para siempre con los derechos sociales,
laborales, ecológicos y de seguridad sanitaria en su seno. Olvidó las guerras y
el genocidio que la habían asolado y dejó de sentir empatía, solidaridad, humanidad,
incluso con quienes se ahogaban a decenas a metros de sus costas. A veces
lloraba, un poquito, con lágrimas de cocodrilo, al ver una foto de un niño que hasta
parecía de los suyos. Pero lo justo, porque sufría un bloqueo emocional
crónico. Se convirtió en una bestia para sí misma, se traicionó y ha muerto
matando, sin que haya ni siquiera reaccionado en el último momento a las
labores de reanimación de quienes creían que aún podía revertir su situación. „
„Buf.
Queda todo registrado y listo para su archivo. Por favor, llévense rapidito a
la fallecida y abran las ventanas para airear. Un rato largo. ¿Alguien ha
reclamado el cuerpo?“
„No“
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