viernes, 25 de marzo de 2016

PARTE DE DEFUNCIÓN

Parte de defunción

„¿Día y hora de la muerte?“ La voz suena metálica y rutinaria en la morgue heladora donde yace la difunta

„Viernes, 18 de marzo de 2016, 17:30“

„¿Causa de la muerte?“

„Fallo multiorgánico“

„Fallo multi… ¡A ver!...“ (la impaciencia ha venido a sustituir a la rutina) „Eso es tanto como decir parada cardiorrespiratoria ¿Me puede concretar un poco más?“

„Sí, claro, apunte… Todo comenzó en las extremidades. Las piernas le empezaron a fallar cuando tenía que acudir donde se la necesitaba y era incapaz ya de producir algo útil con sus manos. Los sentidos se le atrofiaron: sufría unas acusadas sordera y ceguera, el olfato ya no podía distinguir lo hediondo de lo bello y la piel se le había endurecido de tal manera que era tan incapaz de percibir una caricia como de distinguir el frío del calor. Los problemas circulatorios la tenían  últimamente postrada y no hacía nada por estimular el tránsito sanguineo ni tampoco por aliviar los edemas provocados por flujos que se quedaban atascados incomprensiblemente en algunas zonas de su cuerpo. Los riñones no funcionaban y no filtraban los elementos nocivos de su organismo. Los pulmones se le llenaron de aires de grandeza que no le permitían ya respirar con normalidad. El cerebro apenas estaba ya operativo, habiendo pedido toda capacidad de reflexión y llevándola a tomar decisiones estúpidas repetidas veces. El hipocampo estaba destrozado, la paciente había perdido por completo la memoria. Y del corazón ni le hablo: se puede decir que, a todos los efectos, carecía de él“

„Inaudito…“ Musita „Nombre y edad, por favor“

„Según su documentación, se llamaba Unión Europea y decía tener 59 años. De todas formas, las autoridades nos informan de que ha cambiado en varias ocasiones de identidad. Y que se le había augurado un futuro muy prometedor. Pero la firma del acuerdo con Turquía esta tarde la ha acabado de destrozar por dentro, aunque llevaba ya tiempo pudriéndose en vida. Se automedicó con austeridad y acabó haciéndose inmune al sufrimiento que generaba. Hasta el punto de llegar a presionar noches enteras a gobernantes para obligarles a sacrificar sus ideales y, lo que es peor, a sus ciudadanos. Empezó a sufrir alucinaciones producto del miedo sin medida al otro, y aceptó ingerir sin control paranoias xenófobas de gobiernos ultranacionalistas en lugar de tomar en consideración el diagnóstico de organizaciones de defensa de los derechos humanos. Negociaba a escondidas un tratado con EEUU que acabaría para siempre con los derechos sociales, laborales, ecológicos y de seguridad sanitaria en su seno. Olvidó las guerras y el genocidio que la habían asolado y dejó de sentir empatía, solidaridad, humanidad, incluso con quienes se ahogaban a decenas a metros de sus costas. A veces lloraba, un poquito, con lágrimas de cocodrilo, al ver una foto de un niño que hasta parecía de los suyos. Pero lo justo, porque sufría un bloqueo emocional crónico. Se convirtió en una bestia para sí misma, se traicionó y ha muerto matando, sin que haya ni siquiera reaccionado en el último momento a las labores de reanimación de quienes creían que aún podía revertir su situación. „

„Buf. Queda todo registrado y listo para su archivo. Por favor, llévense rapidito a la fallecida y abran las ventanas para airear. Un rato largo. ¿Alguien ha reclamado el cuerpo?“

„No“

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